martes, 1 de octubre de 2013

El mágico mundo de tirar la basura en Taipéi

¡Hola a todos! Hoy quiero hablaros de una cosa que me sorprende casi cada día desde que llegamos. Estoy hablando del ritual de tirar la basura, que se aleja bastante de como tiramos la basura en casa y tiene unas pautas que hay que aprenderse para tener éxito en esta ardua empresa. 

Lo primero que nos sorprendió al llegar a nuestro piso compartido de Taipéi fue la cantidad de bolsas para tirar el reciclaje que teníamos. No exagero, podíamos tener perfectamente 5 o 6 bolsas diferentes y, curiosamente, en ninguna de ellas había restos de comida. ¿Por qué? Pues porque en aquella casa, y me consta que en otras también, para evitar el olor y la aparición de bichos, la bolsa de basura orgánica se guarda en el congelador. Así, en una casa de 5 personas con un congelador bastante pequeñito y en pleno verano, no podíamos guardar casi ni cubitos porque la bolsa de basura era la dueña y señora del lugar más fresco de la casa. 

Por ello pensamos en tirar al contenedor la basura que generáramos cada vez que preparábamos una comida. Craso error. En Taipéi no hay contenedores de basura. Y apenas hay papeleras. La basura se tira directamente en el camión, al que hay que "cazar" cuando pasa por tu calle, a menos que tengas suerte y pare cerca de tu portal. De este modo se evita la acumulación de bichos y olores, especialmente en verano. ¿Cómo se sabe cuándo llega el camión de la basura? Porque siempre pasar a unas horas fijas y se anuncia reproduciendo una canción, como por ejemplo el "Para Elisa" de Beethoven. La música del de nuestra calle (la "canción del camión de los helados", según un compañero) es esta que podéis ver en este vídeo:


La cuestión es que si estás haciendo algo cuando lo oyes llegar, tienes que darte brío para preparar las bolsas, vestirte medio decente para bajar a la calle, esperar el ascensor (porque todos los vecinos están llamando a la vez) o bajar a pie, llegar al camión y depositar la bolsa antes de que vuelva a arrancar. Todo esto a ciertas horas determinadas. Si no llegas a tiempo o no estás en casa, pierdes turno hasta la siguiente hora de recogida. 

¡Ah! ¡Y otra cosa que hay que tener en cuenta! La bolsa. Si no se usa una de las bolsas aprobadas por el gobierno, no puedes tirarla al camión. Te vuelves a tu casa con tu bolsa y le haces un hueco en el pobre congelador. Esto se debe a la política de impuestos de basura en Taipéi (y no sé si en el resto de Taiwán), en la que el impuesto se recoge pagando unas bolsas especiales. Unas bolsas que cambian de color según la ciudad (azules en Taipéi, rosa en New Taipei, en el resto de sitios no lo sé) y que son más complicadas de imitar que los bolsos de Prada. Porque el gobierno, previendo que la gente metería la basura en bolsas del mismo color azul e intentaría engañar a los pobres basureros, ha equipado sus bolsas con un sello numérico identificativo especial, que a mí me recuerda un poco a los sellos de las botellas de bebidas alcohólicas.

Sello de bolsa de basura (fuente: Glowfish)
Y, por si aún así alguien quiere timarlos con las bolsas, también llevan un holograma como los que llevan las películas originales. Una pasada, en fin...

Y luego llega la parte de reciclaje, que ya es por donde yo me empiezo a perder, así que os lo voy a explicar como mejor sepa. Cualquier envase con el logotipo de reciclaje, cuadrado con 4 flechas, es susceptible de ser reciclado. 

Logo de reciclaje (¿me engañan mis ojos o aquí hay una cruz gamada subliminal?)

Pueden entregarse para reciclar de dos formas. La primera y más sencilla es meterlo todo, limpio y sin restos orgánicos, en una bolsa y entregársela a una de las personas que recogen reciclaje y que se sacan un poco de dinero con ello. Ellos ya se encargan de separarlo y entregarlo. La otra es entregarlo ya separado en el camión. Hasta donde yo sé, se entregan por separado el plástico duro (el blando no les gusta mucho), el cartón, el papel, el vidrio, las bandejas de espuma (de esas con las que envasan la carne) y la ropa vieja. Si hay que tirar algo "especial" como fluorescentes, pilas o pequeños electrodomésticos, también hay que bajarlo al camión a parte. Y si hay que tirar cosas más grandes, se puede avisar al ayuntamiento para que manden a alguien a recogerlo.

Y bueno, eso es todo más o menos. La verdad es que lo del reciclaje se me sigue escapando después de tres meses aquí, pero afortunadamente, como viene una señora a llevarse el de toda la finca, se reduce el problema un poco.

Espero que os haya gustado nuestra pequeña aventura diaria que es tirar la basura en esta ciudad.


¡Saludos!

S.
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2 comentarios:

  1. valla con el logo , me recuerda a alguanas esnalticas nazis: la mas conocida y hay una , que las cuatro flechas apunta hacia fuera . que casualidad. un saludo. (el tt)

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  2. Lo primero que nos sorprendió al llegar a nuestro piso compartido de Taipéi fue la cantidad de bolsas para tirar el reciclaje que teníamos. elcentroamericano.net/biografia-de-zhao-jinmai/

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