sábado, 13 de abril de 2013

Preparativos para el viaje - Vacunación (II)

¡Hola!

Ya estoy aquí de nuevo con información sobre las vacunas. De hecho, ya estoy vacunada :) Y vengo a contaros el cómo y el cuándo, porque no ha sido exactamente cómo yo pensaba que iba a ser.

Bueno, en primer lugar llamamos para pedir cita previa al centro de vacunación que nos correspondía según la web del ministerio. Por supuesto, como ahora no estamos viviendo en nuestra ciudad de residencia habitual, no teníamos ni pajolera idea de dónde estaba el sitio al que teníamos que acudir y, como no nos fiábamos mucho de la dirección que teníamos y Google Maps tampoco tenía muy claro dónde estaba eso, acudimos a la web de la Junta de Castilla y León. Allí sí que salía el edificio, que además pudimos encontrar un día paseando por el centro, así que pensamos que la información de la Junta estaría más actualizada y allá que fuimos el día que nos tocaba.

¡PUES MAL, MUY MAL!

oso llevandose las manos a la cabeza
Sí, hamijos, así nos quedamos los dos...


Salamanca es una ciudad preciosa, pero todo lo que tiene de bonita lo tiene de complicada para aparcar (gratis). Así que después de levantarnos tirando a pronto, para aparcar en las afueras y llegar antes de las 9 a la puerta de la oficina del médico en cuestión, al llegar al edificio, un agente de seguridad/celador con cara de necesitar más de un café nos indica que el centro de vacunación se ha trasladado a otro edificio. Nos dice el nombre de la calle y, tras una mueca de hastío cuando le decimos que no tenemos ni idea de dónde está esa calle, nos indica la zona de la ciudad en la que está, más o menos.

Así que ea, vuelta al coche, busca el sitio, vuelve a encontrar sitio para aparcar... Al final encontramos el sitio, un edificio supermoderno que no sabíamos si era un edificio público o un hotel fashion, y mientras X. buscaba sitio para aparcar, yo me dediqué a ir a buscar el centro de vacunación dentro de aquellas instalaciones. Al final, después de pasillos larguísimos y solitarios, detectores de metales y mucha gente tomandose cafés, lo encontramos. Llamamos a la puerta del que sería nuestro médico y después de una mirada-bronca (conversación de miradas que decía más o menos esto: "¿¿habéis llegado media hora tarde y queréis que os atienda, maldita e irrespetuosa juventud??" "- Pero señor mío, si creo que no tiene que atender a nadie más en todo el día, que somos los únicos que no somos funcionarios de todo el edificio..."), le explicamos que la información del ministerio y de la junta se contradicen, nos pide disculpas por ello, que se acaban de mudar, y empieza la sesión.

Y como veo que estoy alargando mucho el post, lo voy a partir en dos tandas. La próxima será el final del tema de las vacunaciones (y probablemente la más interesante).

¡Hasta la próxima!

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